Don’t feed the monster es el título del álbum que Homeboy Sandman nos dejó en octubre del año pasado y del cual podemos seguir hablando con el nuevo clip para uno de los tracks, el elegido fue el titulado Monument, que contó con la producción musical de Quelle Chris. De este tema el mismo autor nos cuenta:

Monument había sido una canción completamente diferente. Se llamaba Raisin bread. Todos los versos diferentes, gancho completamente diferente. Se trataba de ganar dinero. Cliché e inútil. Una vez que mis ojos se abrieron de nuevo, me di cuenta de la tragedia que sería desperdiciar un ritmo tan extraordinario siendo tan insípido. Empecé desde cero. La producción suena a triunfo. Suena a un himno. Suena como rock de estadio. Así que tuve la oportunidad no sólo de capturar una visión del álbum en su conjunto, sino de toda mi carrera. Construyendo. Sacrificando. Comunicar. Perdurable. Restante. Pavel y su equipo fueron un regalo de Dios, su visión para el video fue tan poderosa. Habíamos estado hablando de colaborar durante años, pero el momento nunca fue el adecuado, pero ahora fue absolutamente perfecto. El resultado trasciende lo monumental, es un monumento en sí mismo.

Mientras que el director del clip, Pavel Burkay nos dice:

La historia del Monument de Homeboy Sandman es seguir la filosofía, las ideas y creer en nosotros mismos, donde estamos erigiendo el monumento más grande de la vida. Todo lo que queda después de una persona es un legado, el logro más importante de la vida. Vemos el mundo donde las personas que nos rodean cada día, que crean algo pequeño y grande y pasan desapercibidas, cada uno cree en algo y todos tienen una esperanza, un monumento es un resultado, un homenaje a algo del pasado, inquebrantable, pero con un mensaje para el futuro.

Fue un largo camino hacer este video, pero me encantó la energía de la canción y la vibra desde el principio. La idea se me ocurrió durante 2 días de escuchar la canción y de inmediato la escribí. Creo que este es un gran capítulo nuevo para Homeboy Sandman, quien crea mundos enteros en sus canciones y la audiencia puede sentirlo.