Tras apartarse de su grupo Psy 4 de la Rime y convertirse en un rapper revelación del país galo gracias a la versatilidad demostrada en su álbum debut Puisqu’il faut vivre (2007), Soprano regresó tres años después con un proyecto dividido en dos partes: La colombe y Le corbeau, la primera liberada en octubre del 2010 y la segunda en marzo del 2011, estas cuentan con una reedición en un álbum doble titulado simplemente La colombe et le corbeau; álbumes que en hipótesis, muestran dos lados contradictorios del marsellés.

Soprano abre la primera parte del proyecto con el tema “La colombe et le corbeau”, donde toma vuelo y la suficiente altura junto a estas aves para dejar en claro el sentido poético y comprometido con el que despegaron los discos. La primera parte lleva al oyente por caminos que van desde reflexiones sobre el ritmo de vida, la situación actual del mundo (“Speed” y “Sur la lune”), las nuevas tecnologías, los personajes e iconos actuales de las nuevas generaciones (“Crazy”), pasando por un toque imaginativo dónde se pone en el papel de un superhéroe (“Hiro”) y porque no, un tema de amor (“Je serai là”). También se encuentras letras con lecciones de rap, flow (“A la hussen bolt” con Psy 4 de la Rime y “tarting Block” con Redk de Carpe Diem) y egotrip junto con un hook “omenaje”, hecho al puro estilo del tema «Informer» de Snow (“Darwa”). Básicamente es una revisión de la década, con un telón de fondo hacia fundamentalismo creciente, aunado a un extra de rap.

La segunda parte parece ser la reivindicación de Sopra, más rap y sólo rap, abriendo el disco con el tema “One love” que invita  a la “fiesta” (“kamarades”) y pasar por el rap que siempre necesitaremos en un buen disco, ese rap que ha inspirado a muchos a través de múltiples personajes (“Avec le temps” con K-Rlos), rap con letras desatendidas pero con mucho nivel al momento de interpretarlas (“Piranhas” y “Dopé”); tampoco queda fuera la parte comprometida con la sociedad y el mensaje propositivo (“C’est la vie” con Method Man), donde encontraremos a Soprano en un viaje introspectivo pasado-presente (“Regarde moi” y “Fly”). Sin duda la mejor parte del proyecto se encuentra en este disco y más porque Soprano va sobre la línea de sus trabajos anteriores.

Hay lecciones de flow para todos los gustos sin la necesidad de unir palabras sin sentido, tampoco Soprano necesito escribir estructuras de 16 barras durante todos los temas, pero líricalmente es un proyecto que no termina por convencer en la primera parte, algo flojo y si se le puede comparar el contenido con un sentimiento sería “tristeza”. La segunda parte se encuentra más comprometida con el rap sin dejar de experimentar con los ritmos y haciendo un rap más ad hoc para estos tiempos. Un cambio sumamente drástico para Sopra, pues, para quienes estén acostumbrados a algo más complejo podrán escuchar aquí todo lo contrario, un mensaje muy simple y directo en la mayoría de temas que en muchas ocasiones rozan lo pop, el uso del auto-tune en temas cantados también le quita créditos para los puristas (no se le puede culpar por intentarlo), en cuanto a la producción musical hay una gran versatilidad, en ocasiones los ritmos son muy simples, lentos o en ocasiones electro, la mayoría de beats invitan más a bailar que a sacudir el cuello. Un proyecto con más bajas que altas, pero con un nivel indiscutible en la forma de imprimir flow por parte de Soprano.

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